viernes, 8 de abril de 2011

O debiéramos decir indignados por la crisis

Últimamente tengo el blog un poco abandonado y no porque no haya conocido historias críticas sino porque mis propias y algo acunciantes circunstancias me tenían abducida.
Tengo suerte, sí, hoy he ido al banco con mi talón de "finiquito" y debía tener una cara de anuncio sin palabras... que para qué. No sin dificultades he logrado entrar a la entidad bancaria tras pelearme con varias taquillas de esas que sirven para depositar los objetos metálicos. Como ninguna funcionaba me he dicho: -a tomar viento- y he entrado al interior sin más contemplaciones. El largo pasillo sobre la alfombra azul se me ha hecho interminable (¿se sentirán así las estrellas en los festivales de cine? espero que no). Sólo veía al empleado al fondo que me esperaba escrutante. Al llegar le he entregado el talón, lo ha mirado, luego a mi, luego al talón, luego a mi y finalmente me ha espetado: ¿es lo que imagino? A lo que yo le he respondido: pues me temo que sí, ojalá manejara yo ha diario talones así, pero me temo que este no me ha caído del cielo. El bancario compungido ha continuado urgando en la herida, aunque con toda la buena intención, dicho sea de paso: o sea que te han despedido ¿no?. Yo he asentido y el hombre a la vez que gestionaba eficazmente los papeles me ha dicho: es que te he visto la cara y la cantidad del talón y he pensado, ya está, un finiquito. El hombre parecía indignado y me ha dedicado 5 minutos de ánimos y buenas palabras que yo le he agradecido,... pero que casi me pongo a llorar porque oyéndole, yo misma me daba más pena de la que realmente me doy. Me ha deseado buena suerte y yo le he agradecido su gesto. La verdad es que me ha servido para hacer una salida por la alfombra azul bastante más triunfal que la entrada; un triunfo moral sobre lo indignante de la realidad de nuestro país y de nuestro entorno; porque no debemos estar acuciados por la crisis, lo que debemos estar es indignados con la crisis. Para corroborar lo que digo no os perdáis pegado debajo el enlace al videoblog de Iñaki Gabilondo en El País, que tampoco es que sea yo de su club de fans, pero la verdad es que tiene toda la razón en  lo que dice, aunque para mi gusto se queda corto. Y así, más o menos, transcurrió el 8 de abril de 2011

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